Contexto histórico de la posguerra en su aspecto civil y religioso
La construcción del Colegio del Santísimo Rosario de los Dominicos de Arcas Reales, inaugurado en 1954, tuvo lugar en plena posguerra, especialmente la concepción del mismo, hacia finales de los años 40. Desde el punto de vista político y la mentalidad religiosa de la época, el resultado es sobresaliente y, sin duda ninguna, arquitectónicamente muy adelantado a su época.

Vanguardia del arte de la época, antes del Concilio Vaticano II
Aunque parte del concepto arquitectónico responde claramente a las servidumbres de la época, resulta innegable que en el estilo, la funcionalidad fue muchos años por delante, de modo especial en la concepción arquitectónica de la Iglesia. De hecho, muchos desarrollos arquitectónicos de iglesias posteriores, sea por azar, o claramente copiadas de la de Arcas, siguen muchos de los conceptos no solamente apuntados aquí, sino perfectamente desarrollados. Otro tanto, se puede decir de las técnicas usadas en la construcción. Pese a la escasez de la época, o precisamente por eso, se usaron métodos muy originales y eficaces.

Valor por su conjunto funcional y artístico
Uno de los aspectos más destacados es que el colegio debe ser tomado como un conjunto, donde artistas entonces relativamente noveles, pero que después contribuyeron a las vanguardias artísticas de la España de los sesenta y setenta. Todos ellos están cotizadísimos en la actualidad. Algunos procedían, no podía ser de otra manera, del liderazgo, sobre todo en escultura y pintura, que España tenía en los años 30. Después de la Guerra Civil, algunos colaboraron claramente con el franquismo (Valle de los Caidos), mientras otros siguieron su propio camino, incluso en el exilio (Jorge de Oteiza). Que el conjunto arquitectónico se complemente con una buena colección de obras de artistas individuales es debido al empeño y la concepción que Miguel Fisac tenía de la arquitectura.